De pie, desplazo los brazos lentos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, como si el aire pesara, los movimientos de mi cuerpo son pausados y en círculos, la mirada abierta intenta dilucidar que hay.

Es de noche y los pies pesados me devuelven suelo húmedo, acaricio el pasto, estoy en tierra firme. Puedo escuchar las hojas, las ramas moverse. Escucho el viento y el silencio que llega después del soplido. Todo está tan oscuro, me envuelve un cielo limpio y una tierra amplia, estoy tranquilo y enteramente allí.

Vine en busca de algo, un mensaje que me hará ser.

Llega la luz como rayos desde el cielo, puedo ver el lugar, estoy en El Jardín; ahora me muevo en círculos más claros, veo la luz y las sombras. Ahora, en círculos más livianos, observo cada momento, los impacto de luz, acompaño los movimientos. Siento que las plantas devuelven un hermoso tempo.

Ese mensaje, te lo dejo, te lo muestro, ese mensaje está en el centro, ahí, adentro, este mensaje te hará ser.

– Magalí Drivet

El Jardín de noche es un trabajo que comencé por pura intuición a realizar en el 2019 cada vez que viajé a Villa Elisa a visitar a una parte de mi familia. Retrato el jardín de mi madre y mi abuela como una forma más de expresar el valor de la vida. El jardín es un universo como tantos otros; este es el de ellas.

Estas imágenes, lejos de estar cerradas, seguirán desarrollándose en cada encuentro que sea posible.

Mientras tanto esta es la historia.

– Guillermo Turin Bootello / Septiembre 2020